Una preboda es normalmente el “primer contacto fotográfico” que tenemos con nuestras parejas. Los lógicos nervios iniciales van desapareciendo a favor de las risas y buen rollo durante el transcurso de la misma. Pero no siempre es fácil captar esa espontaneidad y frescura que buscamos, que transcienda el carácter de nuestros protagonistas… En este paseíto campestre, más allá de su tamaño físico :), se aprecia perfectamente la dimensión “espiritual” de nuestros protagonistas. Sois de verdad muy grandes, os queremos!