Sí, que sí, que ya sabemos que lo repetimos en cantidad de ocasiones pero es que es la verdad. Nos apasiona nuestro trabajo y algo que tiene de especial es la relación intensa y sincera que se genera con “nuestros novios”, que nos acogen de tal manera que uno casi llega a olvidar que está trabajando. Así fue la boda de Miriam y Plácido, una pareja abierta y espontánea con quiénes surgió el feeling desde la primera cerveza. Era fácil presagiar que su fiesta de celebración sería auténtica y divertida. Como un miembro más de la familia, pudimos disfrutar bailando entre amigos, palomitas y algodón de azúcar… momentos que te hacen sentir afortunado.