Fue el (gran) compañero Edu quien propuso un lejano confín donde realizar la preboda de Amparo y Juan. A pesar del polvo del interminable camino sobre mi coche recién lavado, resulto ser una buena elección. Lo bello y tranquilo del paraje, propició que pudiéramos disfrutar de la complicidad entre Amparo y Juan, que se destaparon como unos modelos con “tablas”. Rendidos ante sus capacidades, nos dejamos llevar por su instinto y rematamos la jornada en un lugar familiar para Juan. Entre tablas, troncos y cemento, pasamos otra tarde estupenda. Gracias chicos! Este finde más…
Me gustan todas, pero la de presentación me encanta!!! Buen trabajo de nuevo, chicos!!
Estoy con Inma, todas tienen su toque interesante, pero la de presentación simplemente es genial!