Fue casi a última hora cuando Begoña y Marcos nos confirmaron la cita para realizar la preboda. Había cierta incertidumbre con el tiempo (llevaba raro unos días), que también nos condicionaba el lugar donde realizar la sesión, pero con el espíritu colaborador y el buen humor de esta pareja, esos detalles pasan a un segundo plano. Al final se presentó una tarde bien calurosa y apostamos por buscar las localizaciones de camino al Albaicin (plaza del Aliatar), donde tomar algún reconstituyente que repusiese las fuerzas invertidas. Así fue, ni una nube en el cielo, enfoques variados, distintas localizaciones, risas intercaladas y cervecita para celebrarlo… Otra tarde estupenda.