El estrés, dolencia característica del siglo XX (y XXI), vinculada a una sociedad en constante cambio y movimiento, exigente, tiene normalmente su origen en las condiciones, organización y ambiente de trabajo.
Recientemente se ha publicado en EEUU (CareerCast.com) un estudio que analiza cuáles son los 10 trabajos más estresantes de América. Me ha causado cierto impacto descubrir que entre las primeras posiciones (la 4ª concretamente) figura la profesión de Fotoperiodista (que no paparazzi).
10 Most Stressful Jobs of 2011 – 4: Photojournalist
Hoy en día, que muchos de nosotros (fotógrafos de boda), nos da por auto denominarnos como tal (fotoperiodistas), o identificarnos con este termino (como un estilo de fotografía), no puede evitar uno sentirse solidarizado, e incluso en parte identificado con la profesión.
De hecho, los compañeros de Xatakafoto , que se hacen eco de la noticia, incluyen en su redacción el siguiente párrafo que quiero reproducir:
Fotoperiodista, una profesión muy estresante.
“…Y no penséis que otro tipo de fotógrafos llevan una vida más calmada y menos estresante. ¿Os imagináis la tensión de un fotógrafo cubriendo una boda? Cientos de personas invadiendo su espacio de trabajo y ensuciando su encuadre, únicos responsables del archivo fotográfico de un evento irrepetible…”
Normalmente detrás de esta actitud, de esta elección profesional, vital en muchos casos, no se haya una explicación “económica” ni masoquista, si no una gran pasión por lo que se hace, difícil de explicar y de encontrarle la explicación…