Desde el día que les conocimos Olga y Rafa demostraron su carácter atento y extrovertido. Fue fácil adivinar que todo transcurriría de la mejor manera, la conexión entre ellos era tan evidente que contagiaba. Ya pudimos disfrutar de la preboda en Madrid, prólogo inmejorable para lo que después nos depararía el gran día. Iglesia de Santa Ana y Palacio de los Cordova, esta vez sí, ya en nuestra Granada, fueron el entorno elegido para la celebración, de la que participamos.
Gracias por todo chicos, os echamos de menos 🙂