Aunque amamos y nos debemos principalmente a las bodas, de cuando en cuando realizamos otro tipo de sesiones (eventos, producto, books…) que nos ayudan a variar de registro, enriqueciendo nuestro bagaje como fotógrafos. Además, es siempre una buena ocasión para disfrutar de la fotografía, del entorno e incluso de las personas, de “otra manera” más relajada. En esta ocasión tuvimos el placer de disfrutar una de esas playitas con encanto que tenemos en Granada, acompañando a una peculiar y muuy agradable familia holandesa que quería un buen recuerdo. Gracias desde aquí a nuestro amigo Albert (Pamies) y a la manita de Nebo 🙂
Ding dong!. “Quién es?”. “Fotógrafo a domicilio”. “Genial. Un momento que sujeto a Lobo…”. “Glup!!”.
Lo que podía parecer un tenso inicio de la jornada, quedó en divertida anécdota, tras el simpático recibimiento del “fiero” lobo. Comenzamos la “sesión en casa” después de una rápida partida de tetris con los muebles del salón. Se nos pasó el tiempo volando, así que gozamos del tiempo justo para reponer energías con unas buenas tapas almerienses, antes de terminar la jornada disfrutando de la puesta de sol en el Cabo de Gata. Precioso escenario… acorde con Lola, no creéis?
Hoy queremos publicar esta sesión, con Jonhatan. La verdad, es que viendo los resultados y su actitud ante la cámara, quien diría que aquélla era su primera vez. Se podía sospechar cierta vocación cuando le vimos aparecer con su maleta cargada de ropa e ilusión… al final, como no podía ser de otra manera, pasamos una tarde divertida. Jonathan… tu si que vales!
Mujeres, ¡hum! que puedo decir. Dios debía ser un jodido genio. El pelo, dicen que el pelo lo es todo. ¿Alguna vez has enterrado la nariz en un monte de rizos y has querido dormirte para siempre? Sus labios cuando han tocado los tuyos es como ese primer trago de vino después de haber cruzado el desierto.
– Estamos a 150 km de Chicago. Tenemos medio deposito de gasolina. Medio paquete de cigarrillos. Es de noche, y llevamos gafas de sol.
– ¡Tira!
