El hecho de que Noni contactase a penas 10 días antes de la boda, hacia suponer que se trataba de algo “no del todo convencional”. Quedamos para tomar un café y he de decir que fue muy fácil entenderse con esta pareja. En ellos encontré un curioso equilibrio entre la serenidad que aporta ya la experiencia y la libertad que infunde el saber lo que quieres, discernir lo importante de lo que lo es menos. A pesar de su “inexperiencia” delante del objetivo, se prestaron a todo, con la mejor de sus sonrisas… ya lo veréis en el reportaje de boda. Aquí va un adelanto (sesión de preboda).
Definitivamente yo ya no me creo nada. Cada vez que una novia me dice “es que a mi novio no le gusta nada posar… se hace las fotos por mi…”, termina por destaparse como un “top”, mostrando tablas y confianza delante del objetivo. A Manrique casi le tenemos que censurar a la hora de elegir las fotos… estuvo divertido y con un punto gamberro durante nuestro paseo vespertino, pero es que Mariola es un encanto y Lola… estaba para comérsela. Hasta el bucólico entorno invitaba a la ensoñación…. Que familia más bonica!
Fue casi a última hora cuando Begoña y Marcos nos confirmaron la cita para realizar la preboda. Había cierta incertidumbre con el tiempo (llevaba raro unos días), que también nos condicionaba el lugar donde realizar la sesión, pero con el espíritu colaborador y el buen humor de esta pareja, esos detalles pasan a un segundo plano. Al final se presentó una tarde bien calurosa y apostamos por buscar las localizaciones de camino al Albaicin (plaza del Aliatar), donde tomar algún reconstituyente que repusiese las fuerzas invertidas. Así fue, ni una nube en el cielo, enfoques variados, distintas localizaciones, risas intercaladas y cervecita para celebrarlo… Otra tarde estupenda.
Teniendo tan cerquita una maravilla como la Alhambra, lugar de cuento de hadas, bello símbolo de fortaleza y belleza duradera, es fácil encontrar la analogía con un amor de por vida y que sea éste el lugar escogido por una pareja para realizar una sesión de fotos. Aún así, a veces les proponemos otros parajes, o incluso tratamos de disuadirles cuando es esa su respuesta, con el fin de evitar la repetición y caer en lo más “tradicional”. En esta ocasión, conociendo bien el poderoso embrujo que sobre Maria ejerce “la roja”, nos vimos incapaces de llevarles la contraria. No fue aquella misma tarde, si no después, sentado al ordenador, repasando las fotos, cuando fui consciente de la idílica relación que mantienen nuestros tres protagonistas y el error que hubiese supuesto no atender su deseo, y es que … se les nota en la mirada, que viven enamorados.
Besos chicos!
Una vez mas, se repetía la escena… fue Rocio quien nos avisaba de cierta incomodidad que padecía Miguel delante de la cámara, aumentada el día de su boda, por el hecho de “posar” para unos desconocidos… hacerlo significaba prácticamente una concesión, una muestra más de su amor por Roció.
Así pues, el día de la preboda, nos desplazamos a un lugar especial para ellos, un lugar testigo de ya una larga historia en común, un lugar donde cualquier cosa fuese posible (frase sacada de la película Matrix). Allí nos esperaba el gran Neo, este precioso pastor alemán, recuerdo vivo de tantos momentos, que ejerció de mediador desplegando sus encantos y haciéndonos disfrutar a todos de una divertida y agradable tarde. Miguel, termino por destaparse como un modelo profesional en potencia… quien nos lo iba a decir.
Gracias Neo!
Gracias chicos por dejarnos compartir parte de vuestra historia.
Bueno, pues abrimos esta “nueva sección”, en nuestra andadura por la red, donde iremos colgando un extracto de algunas de las sesiones preboda y bodas que hemos tenido el placer de disfrutar con nuestros clientes y amigos.
Como no podía ser de otra forma, los encargados de inaugurar son Raquel y Fernando… recuerdo aquel día, ya cercano a la boda, en el que los nervios de los últimos preparativos y la presencia de unos tipos con cámara, no dejaban lugar al relax de nuestros amigos. Nada como un sol radiante y un entorno de cuento de hadas para terminar la jornada con una sonrisa, aparcando durante un rato lo accesorio para disfrutar de la verdadera razón que nos había reunido allí… esta es la pequeña historia de un Paseo por la Alhambra.